GLOBAL. Escribir siempre ha sido un arte dominado por muy pocos. No se trata de juntar letras o palabras. Ni siquiera de poner entre ellas puntos y comas. Se trata de crear mundos y espacios. Historias y personajes. De narrar realidades e imaginaciones. Aquellos que saben jugar con todos estos elementos son los que no tienen miedo al papel en blanco, porque están deseando rellenarlo. Son aquellos que desde cualquier hoja o pliego oyen susurrar “escríbeme” y no dudan en hacerlo.