PARIS, FRANCIA. El pasado mes de octubre, cuando el invierno aún no había entrado de lleno, decidí pegarme un pequeño homenaje haciendo una escapada a París. En mi caso, la capital francesa es uno de esos lugares a los que había ido por lo menos 5 veces, pero donde nunca había hecho turismo como Dios manda. Por ello esta vez no podía volver a casa sin un reconocimiento exhaustivo de la Ciudad del Amor.
¿Qué puedo ver?
Por suerte, París es una ciudad a la que se puede llegar de una forma muy sencilla. Tanto en avión como en tren, la capital francesa cuenta con un servicio de transporte muy conveniente que salva la vida a muchos turistas. Tanto para trasladaros del aeropuerto de Charles de Gaulle al centro de París, como para ir desde la estación de tren de Montparnasse al centro, la red de metro de la ciudad será vuestro mejor aliado.
Pero como todos sabemos, París no es una ciudad barata que digamos, así que seguramente nuestro viaje se resumirá en una visita express de 2 – 3 días donde tendréis que tener claro que cosas queréis ver y de eso en París hay para aburrirse ¡Empezamos!
Si hay algo que define a esta Ciudad del Amor y de las Luces, son la Torre Eiffel, espectacular desde cualquier ángulo y rincón de la ciudad; el Arco del Triunfo, situado en medio de una gran rotonda que llega a tener hasta 12 carriles y donde las aseguradoras de coches francesas se abstienen de correr con los gastos de cualquier incidente ahí ocurrido; la catedral de Notre Dame, preciosa por dentro y por fuera; y la Basilica del Sacré Coeur, situada en lo alto de esa colina que te permite ver París desde las alturas. Éstos son 4 de los lugares de obligada visita, aunque solo sea para hacer la foto de rigor.
Pero a parte de eso, no debéis olvidaros de visitar el Museo del Louvre y sus exteriores, pasear por el majestuoso Palacio de Versalles y sus gigantescas extensiones verdes, así como daros una vuelta por los Jardines de Luxemburgo, donde podréis hacer miles de fotos, comer, ver a los más pequeños jugar con barcos a motor o incluso tomar un poco el sol en esas sillas verdes colocadas por todo el parque. Todo muy digno de ver.
Por último y algo que nunca puede faltar en una vista a París, es el callejeo. Pasear por sus calles y descubrir que cada esquina esconde algún elemento mágico que te cautivará, no tiene precio.
¿Qué puedo comer?
Como está claro, no podemos venir a París y olvidarnos de la comida, ya que si Francia es famosa por algo es por su reputada gastronomía. Platos como el Foie gras (higado de pato cebado), el Ratatouille (pisto de verduras), la Tarte Tatin (tarta de manzana caramelizada) y los Crepes, torta de harina de trigo acompañada tanto por algo dulce como salado, son las cosas más típicas que podremos comer en nuestra visita. Pero si queréis ser un poquito más valientes, cosa que yo personalmente no soy, podréis probar las Ancas de Ranas o los Escargots (caracoles), plato típico francés donde los haya.
Aunque si hay algo que nunca nunca podréis olvidar de comer en París es el Fromage (Queso) ya que como muchos sabréis, Francia es el país productor de queso por excelencia. Es tal la variedad de éstos que se puede llegar a comer un queso diferente por cada día del año ¿Increíble, verdad?
Por último y si sois más de dulce que de salado, acordaros de visitar alguna Boulangerie (panadería) o Patisserie (pastelería) donde deberéis probar tanto los Brioches como los Pain au Chocolat, algo así como las napolitanas pero con diferente textura.
¿Dónde puedo alojarme?
París es una ciudad muy grande y al contrario que en otras ciudades europeas, los elementos turísticos aquí se encuentran un tanto alejados los unos de los otros. Es por ello que casi con seguridad tendréis que coger el metro cada día, a no ser que os alojéis en las zonas de Campos Elíseos, Louvre o la Ópera, que aunque más céntricos también tendrán un precio más elevado.
Es por eso que, sabiendo que todos los días tendréis que coger algún sistema de trasporte, lo más importante aquí es elegir una zona segura. Tanto si os decidís por un hotel, hostal o apartamento, intentar que no esté en Zonas muy alejadas. Y es que como algunos sabréis, París se divide en Zonas. Cuanto mayor sea el número, más alejados estaréis y como consecuencia, menos seguridad en las calles. Así que teniendo esto en cuenta os resumo que algunas de las zonas más seguras para alojarse serían ambas orillas del río Sena, situadas desde la Isla de la Cité hasta la Torre Eiffel, más o menos.
Después de este pequeño repaso por los lugares turísticos, la comida y las mejores zonas para pasar la noche, ¿Quién se anima a darse una pequeña escapadita? Yo estoy a punto de sacar el pasaporte del cajón y ponerme manos a la obra.