Imagínense, en la España de mediados de los 70, a un fraile joven alto y melenudo que jugaba (maravillosamente, además) al fútbol. El joven, impartía clases en el colegio de los Corazonistas de Madrid y según dicen los que fueron sus alumnos, que hoy rondan los cincuenta, era muy distinto al resto de frailes del colegio: impartía clases de Lengua, Literatura y Filosofía; hoy, es el candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Ángel Gabilondo (sí, es el hermano menor del mediático y radiofónico periodista: Iñaki Gabilondo) tiene un enorme currículum a sus espaldas: profesor de filosofía y catedrático en Metafísica, decano de la Facultad de Filosofía y Letras, rector de la Universidad Autónoma de Madrid y presidente de la Conferencia de Rectores, tanto de la comunidad a la que aspira a presidir como de España, ése país en el  que ocupó el cargo de ministro de Educación, Cultura y Deporte entre 2009 y 2011, con el de las cejas, ¿cómo se llamaba? Ah, sí, José Luis Rodríguez Zapatero.

Con 66 años, mujer e hijos, Ángel Gabilondo debe ser el único español que no piensa en jubilarse. El pasado 21 de febrero y tras la destitución de Tomás Gómez, se convirtió en el candidato a competir en las próximas elecciones autonómicas del 24 de mayo. Incluso sin estar afiliado al partido que representa, incluso sin tener intención de hacerlo.

Gabilondo dijo sí con todas las consecuencias. Pero, ¿cómo llegó Gabilondo a candidato socialista?La respuesta es bien sencilla y pasa por la democracia interna de los partidos políticos. El continuo debate. Tras la destitución de Tomás Gómez, se plantearon tres posibles candidatos: Pedro Zerolo, concejal madrileño y expresidente del PSOE en Madrid, Amparo Valcare que contaba con el apoyo del destituido Tomás Gómez y el erudito: Ángel Gabilondo.

La elección, entonces, quedaba en manos de los militantes del PSOE, pero sin primarias; razón por la cuál Valcarese retiró 48 horas después de presentar su candidatura. Lo que sí han hecho los afiliados del PSOE es expresar su opinión sobre qué candidato les parecía más idóneo y la Comisión Federal de Listas tuvo la última palabra: de las 138 agrupaciones del PSM que han celebrado asambleas, Gabilondo habría ganado 132 frente a las 6 del candidato Zerolo. La conclusión es bien sencilla: Gabilondo candidato sin haber pasado urnas a expensas de que la Comisión Federal del próximo marzo verifique la decisión.

Sin embargo, son muchas las voces dentro del partido que aseguran no conocer y aceptar el método empleado para la elección de Gabilondo y tampoco hay forma de verificar tales resultados.

Por tanto, la percepción cambia y la elección de Gabilondo estaría vinculada a otra persona (o personas). Para el candidato “A” es siempre igual a “B” y si tiene el apoyo de Pedro Sánchez, tiene el apoyo de toda la militancia.Pero, como bien dice su radiofónico hermano a aquellos que lo critican por haberse “saltado” los conductos reglamentarios para llegar a la candidatura en La Voz de Iñaki: ¿Qué interés puede tener alguien en llegar el primero al frente?

Se abre, entonces un debate que pasa por la caída del 25% de los militantes del PSM de un tiempo a esta parte lo que hace que solo queden aquellas personas dentro del partido que no están preparadas ni abiertas a cambios. Los conservadores. ¿La solución? Ángel Gabilondo. Un cambio es un cambio y sí añadimos su lealtad sin carnet al partido y su firme y extensa formación académica, el erudito del PSOE era la solución perfecta y, además, fortalece la imagen de Pedro Sánchez como Secretario General.

Señores, Ángel Gabilondo se metió en la boca del lobo. Su competencia electoral puede acabar perfectamente mal porque el resultado es muy incierto. PP y Podemos son sus principales rivales en esta carrera a la presidencia de la Comunidad de Madrid.  Dicen que cuando está disgustado va a correr y, no sé ustedes, pero yo ya lo imagino en la próxima San Silvestre.