Si alguna vez has pensado en trabajar en el mundo del cine y te da igual el puesto, lo mismo encuentras un hueco. Pero si tu idea es tan grande como la de ser cineasta, lo mejor es que empieces a pensar en todos los desafíos a los que vas a tener que enfrentar si el lugar desde el que pretendes despuntar es España.  Eso sí, lo mejor es recordarse que lo más importante de todo es tener suerte, por lo que tendrás que estar el máximo tiempo posible allí donde la suerte ocurre. Lo que significa, tratar de estar en el momento adecuado, haciendo lo que debes hacer, que es básicamente no parar de rodar y/o escribir.

Te encontrarás con muchísimos problemas, pero partiendo de que seas una persona normal, apasionado del cine y que tengas ideas que materializar, hay unos problemas típicos a los que deberás enfrentarte. Falta de formación, falta de dinero, estrés, poca organización… Aquí una idea de los tres problemas que aunque no lo creas afectarán directamente a tu material, tengas las ganas que tengas o la capacidad de solucionar problemas más rápida del mundo.

Sin título-1El problema número uno es tan común como determinante: el dinero. El dinero en el mundo del cine sirve, como en la vida, para todo. Necesitarás material técnico, trabajadores tanto del equipo técnico como del artístico, software y ordenador de edición, localizaciones y/o mucha iluminación… Un pastón de dinero que empieza desde el minuto uno de la preproducción, ya que para organizar todo y conseguir materializar el rodaje, tendrás que pasar muchas horas al teléfono, seleccionando equipo, haciendo castings, descubriendo sitios, preparando escenografía, vestuario… Es la fase en la cual preparas todo de la nada, por lo que el trabajo de despacho está en su punto álgido. En cuanto a la producción, podrás ahorrar mucho si decides volcarte en el guión y no en la imagen, pero aún así necesitarás de un gasto mínimo en material técnico para poder sacar adelante un trabajo decente. En este punto, es bastante habitual encontrar personas que estén interesadas en practicar -porque empiezan, igual que el cineasta novato- con trabajos no remunerados, por lo que podrás ahorrarte una pasta gansa, aunque por supuesto no podrás exigir la profesionalidad que exige un contrato asalariado. Por otro lado, una vez todo rodado, frente al gigante de hierro de la postproducción, tendrás que invertir otra gran cantidad de tu tiempo. Eso sí, si no te has encontrado con problemas que necesiten de un trabajador o una empresa especializada. Dicho todo esto, hay producciones de gran acabado profesional en las cuales se han abaratado mucho los costes, rodándose con teléfonos móviles, que despuntan en Youtube tal y como explican en este artículo del ABC.

En cualquiera de las fases el dinero será un problema con que tendrás que lidiar, por lo que lo más normal es que pensando en meterte en el mundo del cine, pienses en conseguir dinero mediante subvenciones. Algo que en otros países, de mucha más actividad artística, no es tan complicado pero que en España resulta una misión prácticamente imposible debido al tratamiento que recibe la producción cinematográfica. En Alemania han incrementado el fondo cinematográfico 10 millones anuales, lo que deja unos 70 millones de euros para el próximo año; en Dinamarca, país que actualmente sorprende en la producción de ficción, el presupuesto es prácticamente el mismo; en España en cambio el presupuesto en 2014 ha sido de unos 33,7 millones de euros. Lo que nos lleva al problema número dos.

El problema número dos, no ser conocido cuando se supone que debes serlo: la credibilidad y la autoridad. Lo normal en otras profesiones es la posibilidad de encontrar éxito sin reconocimiento público, ya que muchas no tienen de manera lógica ser reconocidas públicamente. El cine no es así. -¿Tú a qué te dedicas? – Soy director de cine. – Ah, ¿si? Si no te conocen es difícil que crean que lo que haces sea bueno, por lo que no te será tan fácil como a cineastas reconocidos conseguir respaldo, actores y facilidades a la hora de conseguir permisos para rodar. Te tocará el trabajo duro, el gastar tiempo dedicado a una buena producción: atar todo lo que puedas. Para lo que es necesario ser flexible con los tiempos, sin caer en el sedentarismo o puede que tu proyecto se paralice. Tendrás que ganar por el trabajo lo que no puedes ganar por la cartera, por lo que es fundamental tener una buena relación de trabajo con todos los miembros del equipo, sean creativos o técnicos. Lo más probable es que no solo necesites que hagan su parte, sino seguro un poco más como aconsejarte. Para esto lo más importante es que no seas imbécil, algo que a muchos cineastas se les olvida. Si además no vas a ser capaz de hacer la producción tu mismo, venera a quién te este haciendo el maravilloso favor de ordenarte la vida, porque son las piezas clave para que seas capaz de sacar un producto sin dinero y a tiempo. Por otro lado, la credibilidad y autoridad pueden que te ayudan a esquivar la llamada «endogamia» del mundo del cine, según la cual es difícil acceder sin familia o amigos en el mundillo, de la cual habló hace unos años el periodista y crítico de cine José López Pérez en la Revista Rambla.

El problema número tres afecta con facilidad a todas aquellas profesiones en las que haga falta creatividad, cámaras y mucha gente, esto es: el estrés. Puede que creas que ser cineasta te encanta, que el cine es tu pasión y que por eso mismo serías capaz de aguantar cualquier tipo de ansiedad o pagar un precio alto sin miramientos. Probablemente te equivoques y, pongamos, al tercer rodaje te des cuenta de que hace falta algo muy importante para hacer cosas de este tipo: recordar que no estás salvando el mundo. Que es importante, pero más importante aún no quedarte sin cerebro en el rodaje. Dicho lo cual, recordando que la credibilidad y la autoridad son fundamentales para un rodaje y, en general, para todos las fases de la producción, deberás mantener el tipo por encima de cualquier otro trabajador. Solo teniendo esto claro podrás no solo acabar el proyecto, sino atreverte a ir por ahí con la intención de venderlo, ya que te encontrarás con variedad de reacciones al ver tu material y escuchar tus ideas. No creo que te tiren de un edificio como en la viñeta de arriba, pero quién puede decirnos que no algo, en efecto, tan doloroso como eso. Si tienes suerte, aún con poca credibilidad por novato, tal vez consigas que te ocurra como a los cineastas de este artículo de Cinemanía, a los que les encargan secuelas y no guiones originales, lo cual sirvió para que protagonizarán la Queja del Día, bajo el título: Dejad de secuestrar a los cineastas del futuro.

Al final, digamos que es un poco cierto lo que Orson Wells decía sobre el cineasta, porque si «el escritor necesita una pluma» y «el pintor un pincel, el cineasta todo un ejército». Y para poder manejar un ejército siempre hace falta lo mismo: dinero, autoridad y nervios de acero. Incluso si lo que piensas hacer es cine, ten claro que tendrás convertirte en estratega porque lo creas o no, hay cosas que no se arreglan en pospo (postproducción).