El economista Eduardo Garzón niega que la economía se esté recuperando, al mismo tiempo que acusa a las políticas de austeridad de mermar el consumo y defiende la creación de una banca pública que conceda préstamos a pequeñas empresas y autónomos.

¿Qué valoración tienes de la situación económica actual?

Eduardo Garzón: Esa respuesta creo que es bien conocida y además compartida por un montón de personas. Estamos en una situación muy crítica, en el sentido de que todavía no hemos superado los problemas y las causas que nos llevaron a entrar en esa crisis del año 2007/2008, porque nos encontramos con que las familias y las empresas están todavía muy endeudadas, y eso es desde mi punto de vista el principal problema que hay para que salgamos de esta situación, porque efectivamente cuando las empresas y las familias reciben ingresos, si tienen que dedicar una buena parte a devolver la deuda, es una parte de dinero que no dedican al consumo ni a la inversión respectivamente, con lo cual, a pesar de que en indicadores macroeconómicos pueda haber una cierta recuperación, recuperación en el sentido de que… Puede ser incluso un rebote simplemente, el PIB en ocasiones cae y luego tiene que rebotar y lo mismo ocurre con el empleo, lo que hemos visto es que además el empleo que hoy en día se está creando está partiendo de una serie de marco normativo laboral que es totalmente perjudicial para las clases populares, porque aquí hoy en día los derechos de los trabajadores han sido gravemente deteriorados y nos encontramos con que el empleo que se crea hoy en día es fundamentalmente de tipo precario, de tipo temporal e incluso a tiempo parcial y con unas condiciones laborales que hasta hace muy poquito tiempo no podíamos ni imaginar.

Hoy en día simplemente el hecho de tener un contrato indefinido ni siquiera te está asegurando gran cosa. Por lo tanto la conclusión es que vivimos todavía en una situación de crisis, da igual que el indicador del PIB o el indicador del empleo esté recuperándose un poco, porque las condiciones materiales de la población todavía están muy por debajo de lo que había antes de la crisis.

¿Y esta valoración que hace afecta por igual a la pequeña y a la gran empresa o afecta más a la pequeña que a la gran empresa?

Obviamente afecta mucho más a la pequeña y mediana empresa, sobre todo a las microempresas, que son la mayoría de empresas que hay, y por supuesto a los autónomos. Eso hablando de empresas, también hablamos por supuesto de que los trabajadores y asalariados también están en una situación precaria, no todos, obviamente, pero cuando hacemos la distinción por empresas hay algo clave: las grandes empresas tienen muchísimo más margen de maniobra, porque tienen mayor poder de mercado, porque tienen un mayor colchón, porque tienen posibilidad de endeudarse, ya sea en los mercados financieros o a través de los bancos, etc.

En ese sentido, aquí quienes están saliendo gravemente perjudicados son las empresas que se dedican a vender sus productos en el interior del territorio, porque si las grandes empresas son en su mayoría las que exportan, que por cierto no superan el 1,3% de todas las empresas las que lo hacen regularmente, las que llevan un poco de tiempo exportando sí superan el 4%, pero al fin y al cabo son muy poquitas empresas y esas, si su venta depende de la demanda externa, con lo cual da igual que en este país se estén recortando salarios, se esté recortando prestaciones o se estén deteriorando las condiciones laborales de los trabajadores, porque su mercado está fuera, pero si las empresas que tienen que vender sus productos y servicios en el interior se encuentran con un problema porque ven que la gente cada vez tiene menos capacidad adquisitiva, ya sea por salarios, por pensiones o por otro tipo de ingresos y con ello se merman las posibilidades de venta.

Eso lo reflejan claramente todas las fuentes estadísticas que yo he observado, por ejemplo, el Observatorio de Autónomos, que realiza una encuesta a todos los autónomos, revela claramente que el principal problema de los autónomos es que no tienen suficientes clientes.

Lo mismo ocurre con la Encuesta del Banco Central Europeo sobre la Financiación de Pequeñas y Medianas Empresas,que refleja que el principal problema es que las empresas, incluidas las grandes, no tienen suficientes clientes que vayan a sus tiendas y lo mismo ocurre también con la Encuesta del Coste Laboral del Instituto Nacional de Estadística, que revela exactamente lo mismo: el principal problema es que no hay suficiente capacidad adquisitiva por parte de la población.

Aquí hay que vincular a las políticas de austeridad que, como decía, lo que hacen es deteriorar la capacidad adquisitiva de la población y eso hace que las empresas (fundamentalmente las de barrio, las locales, las de servicios profesionales que se dedican solo a un ámbito muy reducido) estén teniendo problemas.

¿Qué medidas considera necesarias para apoyar a la pequeña y mediana empresa, tanto a las que existen como a las que se podrían crear?

Aquí hay muchísimas medidas que se pueden aplicar, lo que ocurre es que siempre hay que tener presente el contexto que yo estaba mencionando: hoy en día el principal problema es que no hay una suficiente capacidad adquisitiva. Y ya con eso lo que se lograría sería mejorar muchísimo la situación de la mayoría de las pequeñas y medianas empresas y autónomos.

Por eso la principal solución debe ser aumentar la capacidad adquisitiva de la gente que hoy en día tiene menos recursos, es decir, con 5 millones de parados y más de la mitad que no tienen ningún tipo de prestación.. tienen muy pocos ingresos para comprar y eso hay que combatirlo de la forma más rápida posible.

Y luego atendiendo a las particularidades de estas pequeñas empresas y autónomos nos encontramos con un montón de posibles lineas de acción, por ejemplo, hay que combatir la morosidad muy elevada en el caso de las administraciones públicas a la hora de pagar las facturas a estas pequeñas empresas, pero también y sobre todo de las grandes empresas, que en algunos casos superan el límite legal establecido en 60 días, llegando en algunos casos a superar el año, más de 365 días. La media está en torno a 193 días si no me equivoco.

Eso hay que combatirlo con una reforma legislativa que obligue a las empresas, por ejemplo, hay grandes empresas que acceden al fondo de liquidez autonómico porque tienen problemas de liquidez, pero luego no pagan las facturas a las pequeñas y medianas empresas, eso es una tomadura de pelo y hay que intervenir legalmente para que esas empresas sufran las consecuencias legales.

Y por supuesto hay que controlar la competencia, hoy en día hay claramente empresas que vulneran las leyes de competencia y no está esto suficientemente investigado y cuando se les pilla hay unas sanciones que son ridículas, por lo cual sigue habiendo un incentivo a seguir defraudando aprovechando el poder de mercado y eso también hay que mejorarlo.

Por otro lado, el acceso a la financiación de las pequeñas y medianas empresas, que aparece como segundo problema en las fuentes estadísticas que te comento, es algo que hay que abordar, hoy en día a los bancos no les interesa dar préstamos a las pequeñas empresas porque les supone muchísimo coste administrativo tener que ir detallando los balances y las situación de cada una de las pequeñas empresas para ver si les merece la pena dar o no un préstamo.

Esto se lo saltan con grandes empresas, al ser mucho más fácil ver sus cuentas. En ese sentido creo que desde el Estado hay que implementar políticas de financiación, como por ejemplo la creación de una banca pública o utilizar el Instituto de Crédito Oficial de una forma mucho más agresiva, etc.

Luego también las condiciones de los autónomos en particular hay que equipararlas por un lado a las cuotas que pagan los autónomos en otros países, por ejemplo en Francia el primer año no se paga absolutamente nada y aquí vemos que hay una cuota fija, independientemente de los ingresos, que habría que vincularlos, no tiene sentido que se pague independientemente de lo que uno ingresa.

Por otro lado, hay que equiparar los derechos de los autónomos por cotizaciones a la Seguridad Social al resto de mutuas, lo que no puede ocurrir es que aquí cada autónomo tenga que estar cotizando 4 años para luego poder cobrar un año de paro por ejemplo.

¿El sistema fiscal actual favorece a la pequeña empresa? ¿Qué medidas son necesarias para el cambio de este sistema fiscal?

Yo creo que no beneficia a la pequeña empresa, sobre todo porque vemos que los tipos nominales son en teoría inferiores en el caso de las pequeñas empresas que en las grandes empresas, pero luego cuando vemos el tipo efectivo, que es lo que verdaderamente pagan, vemos que las grandes empresas pagan menos en proporción a los beneficios que tienen.

En ese sentido hay que corregir una serie de agujeros que hay en el Impuesto de Sociedades, porque permiten a las empresas por ejemplo que se deduzcan impuestos solo por Innovación y Desarrollo, cuando han contando compañeros inspectores de trabajo que van allí a ver la empresa, a ver lo que de verdad han hecho con la Investigación y Desarrollo y a lo mejor es girar una maquinaria para que la viruta caiga solo por el efecto de la gravedad. Dicen “¡¿coño, eso es una innovación?!”, pero con eso lo que consiguen es pagar muchísimos menos impuestos.

Obviamente ahí hay que intensificar los esfuerzos, porque no puede ser que las grandes empresas estén pagando menos impuestos en proporción a los beneficios.

¿Cómo se puede mejorar el apoyo financiero público y privado a la pequeña empresa y a la microempresa?

Una forma es la que yo te he dicho: hoy en día los bancos privados se rigen por la rentabilidad y, si les sale mejor solo auditar las cuentas de unas pocas empresas que son muy grandes que hacerlo con muchísimas pequeñas empresas, pues lo hará, es decir, aquí hay que cambiar la lógica y vincular la financiación con la posibilidad real de que un negocio salga adelante, y no solo con la posibilidad de que el banco haga negocio de una determinada forma.

Porque investigar a más empresas es más costoso, por eso la idea es que la financiación rompa de alguna u otra forma con la lógica de la rentabilidad de los bancos privados y hacer, por ejemplo, que un instituto de crédito oficial o una banca pública que se generara… o aprovechar las instituciones que se han nacionalizado para que la financiación dependa más de lo que yo te estoy diciendo.

Hay autónomos y pequeñas empresas que simplemente necesitan financiar el circulante, es decir, la materia prima y los gastos corrientes, y hoy en día los bancos ni siquiera les dan esa financiación, cuando saben que no es nada arriesgado y podrían hacerlo.

En ese sentido la mejor forma de favorecer la financiación es rompiendo la lógica de la rentabilidad y la mejor forma de hacer eso es impulsando la banca pública, que no se rige por criterios de rentabilidad empresarial o capitalista, sino más por rentabilidad social.

¿Nos puedes hacer un pequeño resumen del proyecto económico que tenéis en Izquierda Unida para ayudar a las pymes o a los autónomos?

Parte de las lineas maestras ya te las he comentado. La principal sería reactivar la actividad económica, pero a partir de medidas que aumenten la capacidad adquisitiva de la gente, por ejemplo: creación directa de puestos de trabajo (que consigue que la gente tenga más dinero en sus bolsillos para que puedan ir a las tiendas de barrio y comercios a consumir), dar recursos a gente que no tenga hoy en día ningún tipo de recursos, mejorar las pensiones mínimas, dar cuantías por familias que tengan hijos a cargo y no tengan suficientes ingresos, incluso tarifas y abonos de transporte sociales y tarifas reducidas para el consumo energético y el suministro de agua (que lo que hacen es que tenga esa familia más dinero para poder consumir en las tiendas de barrio, y ese es el que yo te decía que era el principal problema, que no había suficientes clientes).

Luego, por otro lado, las medidas que yo te comentaba de controlar las grandes empresas y también a las administraciones para que no tengan cuotas y plazos de morosidad tan elevados, facilitar la financiación a las pequeñas empresas y autónomos, equiparar las cuotas de la Seguridad Social con otros países y también los derechos de Seguridad Social con el resto de mutuas, con el resto de trabajadores e incluso de empresarios.

En definitiva, mejorar la fiscalidad, porque no es de recibo que los autónomos y pequeñas empresas no paguen en correspondencia a lo que están ingresando, sino a una cuota fija que a menudo no tiene nada que ver con ellos.

Viendo los datos de las empresas en España, el 53% son microempresas. ¿Ese dato es saludable? ¿Cuál sería el equilibrio ideal en este tipo de empresas? ¿53% es demasiado, o demasiado poco?

Es mucho más que lo que hay de media en el resto de países vecinos, pero lo que ocurre aquí es que el problema no es tanto que las empresas sean pequeñas (que lo son y eso tiene sus repercusiones negativas a la hora de implementar inversiones, acceder a financiación, tener poder de mercado, etc), sino que es la consecuencia de un modelo productivo que tiene la economía española.

Venimos de un modelo productivo que en ningún momento se ha pensado de una forma coherente. Hemos recibido la herencia de una dictadura que tenía algo de industria y, debido a las presiones de la Unión Europea, se ha acabado desmantelando buena parte ella.

Y entonces es normal que las empresas que hayan salido no estén vinculadas a sectores productivos que por naturaleza deberían ser grandes (hablamos de la industria fundamentalmente) y lo que tenemos son pequeñas empresas que se dedican a la hostelería, al turismo de bajo valor añadido, etc.

Es decir, es una consecuencia. Hay gente que dice “lo que hay que hacer es mejorar el tamaño de las empresas”, pero esto hay que cogerlo con pinzas, ¿porque qué sentido tiene que cojamos un bar de barrio y digamos “hay que mejorar el tamaño”, eso no tiene sentido, lo que hay que mejorar es el tamaño en unas empresas de un determinado sector productivo porque sabemos que conviene, porque sabemos que puede tener vínculos con las instituciones públicas para mejorar la Innovación y Desarrollo y vincularlo al mercado y tener mejores productos.

Por ejemplo, el sector de la energía renovable es un caso paradigmático, ahí debería haber un sector público apoyando decisivamente ese tipo de sector y así consigues aumentar el tamaño de la empresa y por lo tanto la productividad, pero insisto en que el problema no es el hecho de tener empresas pequeñas, sino el hecho de tener un sistema productivo muy particular que por lógica te da empresas muy pequeñas.

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Eduardo Garzón es un economista nacido en Logroño en 1988, pero que ha vivido la mayor parte de su vida en Málaga. Es doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid. Ha colaborado con numerosos medios de comunicación, entre los que destacan La Sexta y el periódico digital eldiario.es. Es hermano de Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, formación política a la que él también está vinculado, siendo desde noviembre de 2014 asistente local en economía internacional del eurodiputado Javier Couso. Es también miembro del Consejo Científico de ATTAC.