Como cada 22 de diciembre la cantinela constante de los niños del Colegio de San Ildefonso de Madrid dan el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas. Este año la situación es distinta. Dos días antes de los décimos de lotería y las botellas de champán el futuro de nuestro país se decidía en las urnas. Unas urnas en las que la mayoría de las papeletas ya no decían “PP” y “PSOE” sino que el trasvase de votos se iba a nuevos partidos como “Ciudadanos” y “Podemos”.
Los resultados electorales no trajeron la solución y ahora, mientras los partidos políticos toman posiciones para la posible investidura de Mariano Rajoy o de Pedro Sánchez, las fiestas navideñas transcurren con aparente normalidad.
Las cosas han cambiado aunque no seamos conscientes de ello. Para empezar este año muchos cenarán en Noche Buena con la mirada puesta en la Moncloa. Otros, cenarán con la idea de que no van al volver al Congreso de los Diputados como los candidatos de UPYD.
La lotería está en la Moncloa y va a ser difícil ganarla este año porque la investidura, por ideología, debería ser bloqueada desde distintas perspectivas . En principio, Rajoy, que ya cuenta con el apoyo del partido de Albert Rivera, busca el apoyo de Pedro Sánchez que podría llegar a la presidencia a través de un pacto múltiple de partidos de izquierda.
El 20D traerá cola, por lo menos, hasta después de navidades. Por eso, disfruten de la cantinela y del año que entra donde las cosas podrían cambiar (o no). Al menos, los políticos lo tienen más difícil.