Los Estados Unidos en la Conferencia de Postdam (17 de julio al 2 de agosto de 1945)

Ya en 1925, Stalin expresó que consideraba a la política internacional como un mundo bipolar en el cual la Unión Soviética atraería países hacia el socialismo y los países capitalistas atraerían países con preferencias capitalistas mientras que el mundo se encontraba en un periodo de «estabilización temporaria del capitalismo» que precedía su eventual colapso. Varios eventos alimentaban la sospecha y la desconfianza entre las potencias occidentales y la Unión Soviética: el desafío bolchevique al capitalismo; la guerra polaco-soviética; el apoyo financiero por parte de los soviéticos en 1926 de una huelga general de trabajadores británicos que condujo a que Gran Bretaña rompiera relaciones con la Unión Soviética.

La declaración de Stalin en 1927 sobre que la coexistencia pacífica con «los países capitalistas… se está retrotrayendo al pasado«; alegaciones conspirativas durante el Proceso de Shakhty sobre un golpe de estado liderado por franceses y británicos; la Gran Purga que comprendió varias campañas de represión y persecución política en las cuales más de medio millón de soviéticos fueron ejecutados; los Juicios de Moscú incluidas acusaciones de espionaje por parte de británicos, franceses, japoneses y alemanes; la muerte controvertida de 6 a 8 millones de personas en la República Socialista Soviética de Ucrania durante la hambruna en Ucrania de 1932 y 1933; el apoyo por occidente al Ejército blanco durante la Guerra Civil Rusa; la negativa de Estados Unidos de reconocer a la Unión Soviética sino hasta 1933; y la firma por parte de los soviéticos del Tratado de Rapallo Como consecuencia las relaciones ruso-norteamericanas pasaban a ser un importante y continuo tema de preocupación para los líderes de ambos países. Las diferencias entre los sistemas políticos y económicos de las democracias occidentales y la Unión Soviética — socialismo versus capitalismo, autarquía económica versus libre comercio, planificación del estado versus emprendimiento privado— fueron simplificadas y refinadas en ideologías nacionales para representar dos modos de vida. Luego del Miedo rojo, posterior a la primera guerra muchos en Estados Unidos consideraban al sistema soviético una amenaza.

La naturaleza atea del comunismo soviético también preocupaba a muchos norteamericanos. Los ideales norteamericanos de libre determinación y los Catorce Puntos del presidente Woodrow Wilson chocaban con muchas de las políticas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Hasta mediados de la década de 1930, los políticos británicos y norteamericanos suponían que la Unión Soviética comunista era una amenaza mucho más grande que la Alemania desarmada y democrática y por ello gran parte de sus esfuerzos de inteligencia estaban enfocados contra Moscú. Sin embargo, también se ha sostenido que en el período entre las dos guerras mundiales, Estados Unidos tenía escaso interés en la Unión Soviética o sobre sus intenciones. Estados Unidos, luego de una mínima contribución a la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil rusa, comenzó a favorecer una posición aislacionista en lo que respecta a políticas globales (algo que posteriormente contribuiría a su tardío ingreso en la Segunda Guerra Mundial).

Un ejemplo en este sentido es su ausencia de la Liga de las Naciones, un foro político internacional, en el espíritu de las Naciones Unidas; si bien el presidente Woodrow Wilson fue uno de los principales propulsores de la Liga de las Naciones; sin embargo el senado de Estados Unidos, se opuso a que Estados Unidos formara parte de la misma. Estados Unidos estaba experimentando un crecimiento económico sin precedentes a lo largo de la década de 1910 y comienzos de la década de 1920. Sin embargo, pronto el mundo sería afectado por la Gran Depresión y por lo tanto Estados Unidos estaba menos propenso a realizar concesiones a la política internacional mientras sufría de serios problemas internos financieros y sociales. Además los soviéticos tenían resentimiento por la Política de apaciguamiento occidental hacia Adolf Hitler especialmente luego de la firma de los Acuerdos de Múnich en 1938. Las sospechas se intensificaron cuando en el verano de 1939, luego de realizar negociaciones tanto con un grupo británico-francés y otro alemán sobre posibles acuerdos militares y políticos, la Unión Soviética y Alemania firmaron un Acuerdo comercial para potenciar el comercio de ciertos equipos militares y civiles alemanes a cambio de materia prima soviética y el Pacto Ribbentrop-Mólotov, así denominado por los nombres de los dos secretarios de relaciones extranjeras (Ribbentrop-Mólotov), el pacto incluía un acuerdo secreto para dividirse Polonia y el este de Europa entre los dos estados. Una semana luego de la firma del pacto Ribbentrop-Mólotov, comenzó la partición de Polonia con la invasión alemana del oeste de Polonia.

Las relaciones entre la Unión Soviética y Occidente se deterioraron aún más cuando, dos semanas luego de la invasión alemana, la Unión Soviética invade el este de Polonia coordinando con las fuerzas alemanas. Luego la Unión Soviética invade Finlandia, que también había sido cedida por el protocolo secreto del pacto Ribbentrop-Mólotov, pero sufren importantes pérdidas y finalmente acuerdan un tratado de paz provisorio mediante el cual Finlandia le cede partes del este de su territorio. En junio, los soviéticos emiten un ultimátum exigiendo Besarabia, Bukovina y parte de la región de Hertza de Rumania, luego de lo cual Rumania cede ante las demandas soviéticas de ocupación.

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