Sólo puede haber una forma de formar gobierno: el acuerdo. Sin embargo, parece estar claro que, hasta ahora, los únicos que han estado dispuestos a retroceder en sus pretensiones son los representantes de Podemos. Porque, ¿En qué han cedido Ciudadanos o el PSOE? En muy poco, o en casi nada, como quieran. Pero si se leen los artículos de los grandes medios, si se escuchan las informaciones de las principales emisoras de radio, o se ven los programas de televisión de las cadenas con mayores audiencias, parece que el gran culpable de que no se constituya un gobierno es Podemos. Esta idea reiterativa, como un martillo pilón, golpeando en las conciencias de los ciudadanos, puede terminar logrando su objetivo, porque ha sido una estrategia sobradamente utilizada a lo largo de los tiempos. No voy a referir la cita de Goebels que ya todo el mundo sobradamente conoce.

Pedro Sánchez hace mucho tiempo que podría haber conformado un gobierno, con mayoría suficiente para su constitución. Y todavía puede. Pero sigue empeñado en poner como condición sine qua non la participación de Ciudadanos. Y Ciudadanos no quiere sentarse en una mesa en la que participe Podemos. ¡Los grandes demócratas y constitucionalistas de Ciudadanos no quieren hablar! Prefieren nuevas elecciones, antes de que Podemos apoye un gobierno o participe en un gobierno. Y ya empiezan a sacar a colación el Bolivarismo y otros fantasmas, como si la participación de Podemos en el gobierno o, sencillamente, su abstención para que se forme, rebajando únicamente algunas de las directrices de su programa, significase que va a gobernar. Y así, tratando a todos los ciudadanos por subnormales profundos, envolviéndose en la bandera,  con una Constitución en una mano y la espada de la justicia en la otra, subidos en su pedestal de arrogancia, nos hablan a todos de su interés por España. Pero sólo hay dos intereses claros: elecciones o pacto con PSOE y PP. Elecciones porque ya se están convenciendo de que es una alternativa que puede resultar jugosa, y el pacto, porque es su alianza natural.

En lo que se refiere al PSOE, no me caben dudas de que su miopía política es ya ceguera. Cuando digo PSOE, quiero decir Pedro Sánchez. El PSOE, mientras siga sustentado por la gerontocracia de sus barones, no es sino una burda y desdibujada copia al carboncillo del PP. Pero Pedro Sánchez, debería tener más amplitud de miras y buscar, en la trastienda de su partido, para releer el episodio de cuando el señor Simancas perdió el gobierno de la Comunidad de Madrid, por practicar el mismo principio estúpido de creerse más demócrata que nadie, celebrando de nuevo elecciones, en lugar de convocar un pleno de investidura. El señor Simancas se permite ahora ofrecer sus buenos consejos, como tertuliano en la televisión. Él que nos echó a todos en los brazos del PP, a quién hemos tenido que sufrir durante no, muchas, sino demasiadas, legislaturas.

Si Valle-Inclán resucitara, tendría medio trabajo hecho, porque el esperpento ya nos viene servido, no habría tenido que inventarlo. Un viejo PSOE suspirando por pactar con el PP. Una Susana Díaz deseando que su líder se estrelle para ocupar su silla, y un secretario general más perdido que un pulpo en un garaje.

Si Pedro Sánchez no da un golpe de autoridad y se despoja de todos aquellos cuyo deseo es la gran alianza PP-PSOE-Cs, estaremos condenados a repetir elecciones y será su tumba política y, lo que es peor, la desesperanza de una mayoría.

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