Desde que se proclamara el denominado “Estado Islámico (EI)” el 29 de junio de 2013 la sociedad ha acuñado este término a su vocabulario cotidiano, en parte porque son continuas las noticias que llegan de Oriente Próximo a todas partes del planeta, en parte porque afecta a la sociedad civil. Pero es cierto que a pesar de estar acostumbrados a él a veces se cuela su acrónimo Daesh. Entonces ¿Por qué llamarlo Daesh y no Estado Islámico o ISIS?

Este conflicto terminológico genera controversia a nivel mundial, ya que ni los grandes dirigentes políticos son capaces de ponerse de acuerdo a la hora de referirse al grupo terrorista, pero, sobre todo, genera recelo entre las filas del ISIS al llevar su significado intrínseco un tono despectivo. Esta nueva denominación fue acordada por Occidente para dirigirse a los rebeldes sirios con la negativa de referirse a ellos como un “Estado“.

Atendiendo a la definición del diccionario de la Real Academia Española (RAE) un Estado es “aquel país soberano, reconocido como tal en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propio”. Algunas de las estas características son propias del Estado Islámico como, por ejemplo, el control de ciudades en el norte de Siria en donde existe un férreo y radical código penal basado en una interpretación extremista del Corán e incluyendo una especie de impuesto propio. A su vez, muchos son los que no consideran a esta facción terrorista como si lo fuera ya que de primeras era concebida como un grupo de rebeldes que fue capaz de alzarse durante la primavera árabe, en 2011, contra el régimen dictatorial de Bashar al Asad.

Bandera ISIS | Vía wikipedia.org

Bandera ISIS | Vía wikipedia.org

Daesh es el acrónimo árabe de Al Dawla-al-Islamya Irak Wa’al Sham y signfica lo mismo que ISIS (significado en ingles del Estado Islámico de Irak y Levante) que es el término más extendido. Sin embargo, esta nueva denominación tiene sus bases históricas y culturales lingüísticas.

La organización terrorista se creó en 1999 como Jamaa al-Tawhid wal-Jidad y reemplazó a Al-Qaeda como la mayor amenaza yihadista. Aunque hoy, ambas concilien los mismos propósitos Al-Qaeda nació contra la invasión soviética de Afganistán en 1979. Por su parte, el EI surge contra la invasión norteamericana en 2003, contra los atentados del 11-S. Al-Zarqawi lidera el grupo prometiendo lealtad a Osama Bil Laden, convirtiéndose así en un afiliado de Al-Qaeda. En el año 2004, instalados en territorio iraquí, aprovechan el descontento de la población suní para instaurar la sharía (ley islámica). Estos grupos radicales siembran el terror allá por donde pasan sus pies consolidando cada vez más su fuerza, siendo por este entonces conocidos como Al-Qaeda  en Irak.

Llegados a  2006, Al Zarqawi fallece como consecuencia de un bombardeo aéreo estadounidense. De este modo, Abbu Ayyud Al-Masri se convierte en el nuevo líder, muere por el ataque de un tanque. Lo mismo le iba a pasar al que fuera su predecesor, Abu Omar al Baghdadi. Así, le llega la hora de comandar el EI al que es actualmente el número uno de la organización Abu Bark Ab Baghdadi. Ahora el nombre vuelve a mutar para pasarse a llamar Estado Islámico de Irak (ISIS). Tras siete años consecutivos y una vez empezada la guerra en Siria, en 2013, ISIS proclama un Califato islámico y se declara así mismo Estado Islámico en Irak y al-Sham. Un intento de aunar todas sus conquistas bajo un único término.

Bombardeo en Siria | Vía thespanishprisoner

Bombardeo en Siria | Vía thespanishprisoner

Llamarlo así, sería concederles una legitimidad suprema de ahí, que sus opositores hayan optado por concederles el peyorativo Daesh. La razón, por la que sus aludidos detestan este término está en la parecida pronunciación que esta palabra tiene con otra, “Da’ish”, que en árabe se refiere a “algo que aplastar o pisotear”. Tal es la discordia y el odio que los miembros del grupo terrorista tienen hacia este, que han amenazado con cortarle la lengua a quien les llame así. Ellos lo perciben como un desafió y el rechazo a sus aspiraciones.

Estos argumentos no están lejos de la intención propagandística de usar Daesh marcada por los gobiernos de occidente. Los medios de comunicación han hecho eco de ello y cada vez es mayor el conocimiento de la palabra asociada, eso sí, al denominado Estado Islámico.

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