PILON LAJAS, BOLIVIA. En la reserva natural Pilón Lajas, que cuenta con una superficie de 400.000 hectáreas, conviven en la actualidad 23 comunidades indígenas de 3 etnias diferentes: Tsiname, Mosetenes y Tacanas. Se accede a ella desde la localidad boliviana de Rurrenabaque, donde ha de cogerse una barca que atraviesa el río Beni y que te permite llegar a diferentes puntos de interés del área. Entre otras muchas peculiaridades, en el interior del parque se encuentra la llamada “Laguna Azul”, conocida por su belleza y por las curiosas leyendas que la rodean.
La complejidad del terreno, unida a la pobreza existente y a las notables diferencias culturales, afectan a la vida silvestre y limitan sobre manera las posibilidades de desarrollo de las comunidades locales. Diversos técnicos socioambientales han trabajado durante los dos últimos años en esta Reserva de la Biosfera y TCO (Tierra Comunitaria de Origen), situada en el noroeste de Bolivia, gracias a los convenios que tiene el estado boliviano con asociaciones medioambientales. Su labor ha estado centrada fundamentalmente en conservar la diversidad biológica del lugar, mejorando así la calidad de vida de los habitantes. Concretamente, han desarrollado un plan de acción ambiental para minimizar y controlar las AOP’s (actividades, obras y proyectos) que allí se erigen.
Una de estas organizaciones es Wildlife Conservation Society (WCS), una ONG fundada en 1895 en Estados Unidos, cuyo objetivo es proteger y cuidar las áreas salvajes de cualquier parte del mundo. WCS desarrolla en la actualidad más de 500 proyectos de conservación en 73 paisajes terrestres y marítimos, en más de 60 países en el mundo.En Bolivia, están llevando a cabo un Programa de Conservación de los ecosistemas, ya que la riqueza biológica del país es muy abundante, debido a su ubicación en el centro de Sudamérica.
Actualmente, los mosetenes se organizan en un sistema caciquista y reduccional: cada comunidad está dirigida por un cacique que es elegido anualmente en una asamblea general. La economía de esta etnia se sustenta principalmente en la agricultura, siendo los principales cultivos el arroz y la yuca.
Típica casa mosetén
Las casas están fabricadas con jatata, una palmera impermeable que permite el resguardo de la lluvia. Además, este material ofrece una mayor resistencia al calor y no es inflamable. La hoguera, situada frente a la casa, es una muestra de que todavía utilizan esta técnica tradicional para cocinar.
Gálapo de río recién pescado
Un hombre sujeta un galápago de río (o «peta del agua», como se le conoce originalmente) que servirá posteriormente para cocinar sopa o locro, un guiso muy consumido en diversas zonas de Sudamérica.
Hombres pescando
La pesca y la caza son también actividades económicas de los indígenas. Los hombres van a la pesca acompañados siempre de sus mujeres, aunque solo son ellos quienes pueden pescar. Las mujeres deben cargar todo lo pescado sobre su cabeza durante el camino de vuelta al hogar.
Una canoa y diversos artilugios utilizados en la búsqueda de oro
Las canoas se utilizan para recoger el oro que pueda haber bajo el agua. Es habitual encontrar las embarcaciones escondidas entre los matorrales o tapadas de alguna manera, ya que la búsqueda de oro está considerada como una práctica ilegal dentro del parque.
Guardabosques
Un campesino lleva a los guardabosques en camioneta hasta el interior del parque. De forma permanente, el parque cuenta con un Director de Área, un Administrador, un Jefe de Protección y 13 guardaparques.
Vista aérea de la Laguna Azul
La Laguna Azul es uno de los principales atractivos turísticos del parque. Además, existen lugares interesantes como El derrumbe Colorado, Los Valles de la Cascada y Quiquibey o la Serranía Susi. Algunas de las especies de animales que pueden encontrarse allí son los monos, los chanchos de monte o las parabas, también dignos de admiración.