Más de 3 años han pasado desde aquella Diada que movilizó a gran parte del pueblo catalán con el objetivo de conseguir la independencia de Cataluña. Daba paso así el comienzo de la separación de Cataluña de España para constituirse como nuevo estado independiente, como ya sucediera con Kosovo en el año 2008, al separarse de Grecia. En este caso, el plan de separación tiene como principal figura impulsora a Artur Mas.

No fue hasta la celebración de las elecciones del 26 de septiembre de 2015 cuando el plan tomaría un importante punto de inflexión al ganar el partido Junts pel Si con casi un 40% de los votos en unas elecciones marcadas por el secesionismo catalán. Ciudadanos, PSC y PP, que formaban el conjunto de partidos que estaban en contra del plan de independencia, no consiguieron formar, junto con la candidatura de Podemos (Catalunya Sí que es Pot), una mayoría absoluta que lograra frenan dicho plan.

Una vez que se determinó el mapa político en la Generalitat, muchos veían casi seguro que Artur Mas y el conjunto de partidos nacionalistas lograsen la resolución independentista en el Parlament. Así sucedió el 9 de noviembre. Los votos de JxSí y la CUP bastaron para la aprobación de crear de un Estado catalán, sin atenerse a las decisiones del Tribunal Constitucional.

No sería la primera vez que el TC obstaculizara el plan independentista. Cabe recordar que en febrero, declaró inconstitucional la consulta del 9-N. Tras la votación del 9 de noviembre, el Tribunal Constitucional decidió anular la resolución aprobada. Como respuesta a esta decisión, el Parlament aprobó el martes pasado, gracias a los votos de la CUP y Junts Pel Si, presentar alegaciones al órgano constitucional ante la suspensión de la resolución.

Otro gran problema supone la investidura de un nuevo presidente catalán. Hace unas semanas, se celebraron dos plenos de investidura. En el primero, Mas no consiguió mayoría absoluta. Tampoco fue investido en la segunda votación, en la que solo necesitaba mayoría simple. Ello se debió a que los líderes de la CUP no querían investir a Mas como presidente, a pesar de las concesiones que éste hizo a los independentistas radicales para que le dieran su voto. La CUP, Ciudadanos, el PP, el PSC y Catalunya Sí que es Pot votaron en contra de la investidura de Mas.

Ahora mismo, el foco político está más centrado en las elecciones generales del 20 de diciembre. Cataluña tendrá que esperar hasta enero, para ver cómo avanza la etapa final del proceso y la elección de un nuevo presidente. Aunque muchos partidos ya van aportando ciertas alternativas, como la propuesta de Catalunya Sí que es Pot de convocar un referéndum catalán tras las elecciones generales, o la idea de Ciudadanos, tercera fuerza política en Cataluña, de celebrar elecciones anticipadas.