BERLÍN, ALEMANIA. Hackescher Markt es uno de los lugares con más encanto de Berlín. Debajo del puente por el que pasan las vías del tren nacen, como si fuesen flores debajo de las piedras, bares y restaurantes con encanto.
En las tardes de primavera, la plaza se llena de gente que aprovecha la happy hour o pasea entre los quioscos antes de que cierren. La mezcla de viajeros que van a la estación y turistas que aprovechan los rayos de sol convierte a esta plaza en un lugar de contrastes.
Para dar aun más variedad a este misceláneo paisaje, los jueves y los sábados, comerciantes de todas las nacionalidades abren sus puestos para ofrecer al público lo mejor de su cosecha. Desde souvenirs para turistas a comida turca, el mercado, aunque pequeño, es variado.
Enfrente del puesto de bocadillos de pescado encontramos la joya de este pintoresco mercadillo: El aceite de oliva. En pequeños frascos, que bien podrían contener perfume, se vende aceite de oliva virgen extra importado desde Jaen. Los dueños del oro líquido son dos orgullosos andaluces que están encantados de difundir los beneficios de su producto e informar a cualquiera que esté interesado.
A pocos pasos de distancia, en Rosenthaler Str. 32, encontramos el café Grün-Ohr; un establecimiento vegano especializado en cupcakes y dulces. La selección es amplia y los sabores deliciosos; entre las ofertas encontramos el cupcacke “7 paraísos”, un capricho de chocolate con cuerpo esponjoso que despertará las papilas gustativas de los más golosos. El cupcake de arándanos ofrece una textura más suave en la crema azul que lo corona, un sabor delicado para disfrutar despacito y con tenedor de postre. De la amplia selección, posiblemente el cupcake más vendido sea al que han bautizado “Tapsy” una maravillosa mezcla de vainilla y chocolate con una bola de crema de vainilla por sombrero, un remake de los sabores más clásicos creado para sucumbir a la repostería.
Los cojines de colores, los floreros con tulipanes y las paredes de colores pastel acompañan a la dulzura de la carta y convierten esta cafetería en el lugar ideal para darse un capricho.
La variedad y las posibilidades de esta zona, así como su localización estratégica entre la Puerta de Brandenburgo y la plaza de Alexander, convierten a Hackescher Markt y a sus alrededores en un lugar por el que hay que pasar cuando se visita Berlín. Esta plaza es un ejemplo de la variedad que esconde la capital alemana y una alternativa interesante a las avenidas enormes y a los edificios grises que dominan la ciudad.