LA BATALLA DE NORMANDIA (LA INVASIÓN DE EUROPA-EL ASALTO A LAS PLAYAS DE FRANCIA)  XIII PARTE

LOS DESEMBARCOS ALIADOS 6-7 DE JUNIO

PLAYA  SWORD II

La ciudad no cayó en manos de las fuerzas aliadas como pretendía Monty, aquel mismo día. De hecho Caen continuó en manos alemanas más de un mes, la noche del 6 de junio el diario londinense “Evening News” publicó el siguiente titular: “Monty lidera la invasión. Los tanques avanzan más allá de Caen.” Pero esta noticia publicada por los británicos no era cierta. El ejército alemán todavía controlaba la ciudad y no tenía intención alguna de abandonarla. Los arrogantes soldados ingleses iban a enfrentarse al mejor ejército del mundo. La 21º División Panzer y la Hitlerjugend frenarían a los decididos tanques de Monty, Caen iba a convertirse en la tumba de los carros ingleses. Durante la operación Goowood, que fue lanzada al este del río Orne el 18 de julio, que pretendía tomar la cresta de la colina de Bourgebus, al sur de Caen. Esta operación estaba pensada para los carros de combate, tanques había en abundancia, pero para julio de 1944, la sangre británica era ya muy escasa y muy preciada, y al ejército británico no le sobraba la infantería. Goodwood fue precedida por una barrera de fuego de artillería y de la aviación, y tras acabar el bombardeo en las posiciones alemanas los carros recibieron la orden de avanzar.

De aquellos escombros surgieron cientos de soldados alemanes bien pertrechados que lucharon con gran valentía y contraatacaron. Sus Panther, sus Tigres, sus cazacarros Elephant, Jagdpanther, Jagdtiger y sus cañones del 88 consiguieron abrir brechas entre los escuadrones ingleses. Los alemanes cotban con una potente artillería pesada y cazacarros, tales como el Sturmpanzer IV Brümmbar, del cual se fabricaron 313 unidades, era un cazacarros temido por sus enemigos, ya que su cañón de 250 milímetros podía destruir cualquier vehículo blindado y acorazado aliado. O el más conocido –Panzerjäger-Jagdpanther, un cañón de 88 mm Schwere Sturmgeschütz (cañón de asalto pesado). Este cañón estaba montado encima de un chasis de un Panther V. Finalmente el 21 de julio después de perder 5.600 y 400 tanques, Monty se vio obligado a abandonar Goowood sin tomar Bourgebus. Aquel fracaso militar perjudico a Monty, dañando su posición personal ante los jefes aliados. Los ingleses aprendieron una importante lección aquel día. El ejército alemán podía estar en retirada,  habría sufrido muchas perdidas y no tenía apenas recursos para reforzar las perdidas en hombres y material. Quizá estaba tocado de muerte, pero los soldados de la Wehrmacht, continuaban siendo las tropas mejor adiestradas del mundo, y en inferioridad de condiciones mostraron que su tropas y sus armas eran mejor en calidad que las aliadas. En aquella batalla ocurrió una anécdota ciertamente muy sorprendente. Lo que ocurrió en aquella carretera que se dirigía a Caen, mostró una vez más la poca colaboración que existía entras las diversas ramas de las fuerzas armadas alemanas, en este caso entre el Heer (ejército) y la Luftwaffe (fuerza aérea).

El coronel Von Luck al mando del 123º Regimiento Panzer, de regreso al cuartel general de la división se encontró con una batería del 88, al mando de un mayor de la Luftwaffe, que apuntaba hacia el cielo, disparando contra los bombarderos que se dirigían a atacar Caen. Pero Von Luck se percato que por la carretera, a menos de 1km se acercaba una columna de 30 o 40 tanques británicos. Von Luck le dijo al mayor que dirigiera el fuego de sus cañones del 88 hacia la carretera, para destruir los carros enemigos. El mayor se negó, aludiendo que el era un oficial de la Luftwaffe, y que no recibía ordenes de un oficial del ejército, y que su misión era disparar contra los aviones aliados, no contra los tanques. Entonces Von Luck sacó su pistola y apunto a la cabeza del mayor de la Luftwaffe, y le dijo: “Mayor, en un minuto, puede estar usted muerto o recibir una medalla, usted elige” El oficial de la Luftwaffe no se lo pensó y ordenó a sus hombres que disparasen contra los carros británicos que subían por una carretera estrecha, con pocas posibilidades de maniobra por parte de los ingleses, y en menos de 10 minutos más de 30 carros británicos estaban ardiendo. Poco después Monty, debido a sus enormes perdidas en los diversos ataques para tomar Bourgebus decidió suspender la operación Goodwood. A finales de agosto, el coronel Von Luck y la 21º Panzer fueron retirados de la batalla de Normandía y enviados a toda prisa al valle del Ródano, para hacer frente a las fuerzas invasoras procedentes del sur de Francia.

Sus tanques llevaron a cabo un sondeo en el perímetro defensivo de los británicos alrededor de Bieville, mientras entre Sword y Caen  se desplegaba una fuerza de bloqueo. El ataque en Bieville fue rechazado por un escuadrón de carros del Regimiento de los Yeomanry Stafforshire. Más tarde, los alemanes intentaron encontrar algún hueco en las defensas de Periers Ridge, pero en vista de la precisión del fuego de los tanques y cañones antitanque tuvieron que retirarse otra vez. Se hizo un tercer intento en el punto 61, al norte de Periers Ridge, también fue rechazado. Unos pocos tanques de la 21º Panzer consiguieron alcanzar la costa en Luc-Sur-Mer, donde todavía se mantenían algunos defensores, pero se retiraron tras ver que por encima de sus cabezas pasaban planeadores aliados en dirección a la zona de aterrizaje cercana a Ranville. Al caer la noche, los comandantes de las Fuerzas Expedicionarias Aliadas podían estar bastante satisfechos. Los desembarcos habían conseguido establecer cabezas de puente, y en las playas de Gold y Juno, los avances eran ya profundos.

La de Omaha era la que tenía menos profundidad y la más débil, mientras que en Sword tuvieron que enfrentarse a una potente oposición acorazada. Potentes contraataques alemanes podrían todavía destruir los relativamente pequeños destacamentos aislados de tropas aliadas y forzarlas a retroceder hacia el canal. Sin embargo, se había llevado a cabo la parte más dura del asalto, y los aliados habían conseguido esforzadamente abrirse los primeros caminos de la invasión. A partir del día 9, los alemanes perdieron la iniciativa, los aliados habían desembarcado 326.000 hombres, 54.000 vehículos y 140.000 toneladas de material, que les permitieron progresar hacia el interior.