BERLIN, ALEMANIA. Accedes a la plaza de la catedral, dejando atrás el museo de Pérgamo y te encuentras de repente con la oscuridad de la noche. Un canal de luz inmenso atraviesa la plaza de la catedral. Entre las partículas de polvo que definen el cilindro luminoso, percibes numerosas siluetas en la misma posición, con la cabeza alzada observando anonadados el espectáculo. Cuando giras la mirada para observarlo, te sorprenden flores, notas musicales, estampados… que encajan a la perfección con los contornos del corazón evangélico de Berlín. El clima es perfecto. A pesar de las bajas temperaturas, el ambiente es cálido. Las imágenes proyectadas son preciosas, pero te das cuenta de que la atmósfera de carácter envolvente se genera desde el fondo. Se escucha una melodía. Si te acercas hacia el foco de luz entre todas las siluetas, hallas un piano iluminado con luces azules y una vela. Suena una pieza de música clásica que acompaña el espectáculo. Y, al finalizar, aplausos y propinas por doquier; como era de esperar.
La Columna de la Victoria de Berlín se encuentra ubicada en el parque Tiergarten
El festival de las luces de la ciudad de Berlín ha celebrado su 9º aniversario. Un año más, cierra dos semanas de espectáculo en las calles de la capital alemana con éxito. Plazas, calles y avenidas pobladas de espectadores que recorren la ciudad para disfrutar de las proyecciones que tienen lugar en los monumentos, hoteles o puentes más representativos de la ciudad. ¿Visitantes o berlineses? A esa cuestión es difícil darle respuesta, pero puede que sorprenda más a los visitantes. Un berlinés de 29 años quedaba en un bar con su novia después del espectáculo, pues ella le iba a mostrar todo a una visita amiga. “Son muchos años ya, no hay nada que me parezca especial”, decía el joven. En cambio, su pareja – tras 5 años residiendo en la capital- afirmaba que le parecía algo terriblemente precioso.
La Columna de la Victoria de Berlín se encuentra ubicada en el parque Tiergarten
Es el segundo año que una servidora ve el espectáculo y, personalmente, no puedo dejar de fascinarme por las animaciones en la Puerta de Brandemburgo. Historias de luz representadas sobre un símbolo histórico. O las proyecciones siempre fascinantes del Hotel de Rome, las cuales probablemente lideran el ranking de iluminaciones. La torre de televisión o Potsdamer Platz, son puntos de referencia que tampoco defraudan. Pero no todo se basa en observar fachadas. Que nadie se asuste si se encuentra tras de sí a cinco guardianes de la noche, intangibles y con paso firme. O un concierto de Jazz al doblar una esquina.
Berlín es una ciudad que desprende arte, cultura y entretenimiento por los poros; pero dos semanas al año, se convierte en una gran sala de armonía musical y visual a lo grande para todos los espectadores que deseen disfrutar de ello, de El Festival de las Luces de Berlín. ¿Usted se lo ha perdido? Reserve unos billetes de avión para octubre del año que viene. Merecerá la pena.
Más información: http://festival-of-lights.de/