INDONESIA. Indonesia se está convirtiendo junto a los otros dos grandes gigantes de Asia, China e India, en el tercer gran país emergente de la región en términos económicos.

Existen multitud de datos macroeconómicos que confirman el ascenso sostenido e intenso de Indonesia en el plano económico. Así Indonesia presenta unos magníficos datos macro, lleva años creciendo, tiene baja inflación, bajo déficit público, baja deuda, una población de 249 millones que alcanzará los 366 millones en 2050, con una población joven y 2/3 partes de su PIB provienen de su mercado doméstico . Además es estable políticamente y goza de unos recursos naturales abundantes. Todo ello apunta a la existencia de un país fuerte, poderoso y con una estrategia definida a largo plazo sobre cómo seguir manteniendo el desarrollo económico. Pero lo cierto es que junto a este crecimiento sostenido durante las últimas décadas, Indonesia presenta una serie de debilidades en el terreno económico y en áreas adyacentes que frenan este crecimiento económico y distorsionan los efectos positivos de este desarrollo. Estos problemas se pueden resumir en tres: 1) una gran bolsa de pobreza, 2) unas débiles infraestructuras y sobre todo 3) que Indonesia no es una potencia en términos de investigación científica internacional y por tanto su poder tecnológico es mínimo.

En el caso de Indonesia y a pesar de los esfuerzos de Ministerio de Investigación y Tecnología, el país está lejos de convertirse en un “país de ciencia” y ello a pesar de que Indonesia está gozando de un boyante periodo de desarrollo económico. Así cabe argumentar que Indonesia está desperdiciando la oportunidad de establecer y sobre todo consolidar un sistema de ciencia y tecnología que sea el sustento y la base sobre la que la economía indonesia se asiente en el futuro.

Esta debilidad científica de Indonesia se observa en tres grandes indicadores.

En primer lugar, señalar que su gasto de inversión en I+D se encuentra de acuerdo al último dato disponible del año 2009 en el 0,1% del PIB, dato que explica su desaparición de la lista de países líderes en innovación tecnológica y ausencia en la lista de países líderes por producción científica en términos de artículos publicados en revistas de calidad con impacto científico. Este dato si bien es negativo, su percepción es todavía peor al no haber aumentado desde el año 2000, y es que en dicho año el gasto en I+D en Indonesia fue también de un 0.1%. Cifras que lo alejan de China 1.7% en el 2009 y 0.9 en el año 2000 y de India que si bien presenta cifras más bajas que China, 0.8% en 2007 y 0.7 en el año 2000 son mucho más altas que Indonesia y disfruta de una evolución positiva, hecho que se ve en su creciente pujanza internacional.

Si atendemos a la inversión per cápita en dólares, las cifras son todavía mas clarificadoras. Si China invirtió 115.6$ en el año 2009, aumentado desde los 21.3$ del año 2000, Indonesia gastó la insignificante cantidad de 3.4$ aumentando desde 1.6$ en el año 2000. Respecto a la India, si bien sus cifras no son comparables a China, se encuentran muy por encima de Indonesia. Así la India invirtió 20.7$ en el año 2007 subiendo desde los 11.4$ en el año 2000. Si comparamos la cifra de Indonesia en el año 2009 con las de las grandes potencias investigadoras de la región, Corea del Sur con 1103$, Japón con 1086.5$ y Singapur con 1243$ se muestra a la perfección la posición en la que Indonesia se encuentra.

Por ultimo si comparamos el número de científicos por millón de habitantes encontramos que Indonesia se encuentra en una situación paupérrima contando con 89.6 investigadores por cada millón de habitantes en el 2010 reduciendo su peso desde los 210.8 en el año 2000 siendo el único país de todo el Sureste Asiático, de acuerdo a los datos disponibles, que ha visto reducido su número de investigadores. Respecto a China, el último número de investigadores por cada millón de habitante fue de 863.2 en el año 2009, aumentando desde los 547.7 del año 2000. Respecto a India, el país cuenta con 135,8 investigadores por cada millón de habitantes aumentando desde los 110 del año 2000. De nuevo si comparamos a Indonesia con las potencias investigadoras, las cifras son escalofriantes, Corea del Sur con 5481.5 investigadores, Japón con 5179.9 y Singapur con 6173.2.

Estos paupérrimos datos en las tres áreas son contradictorios con el despegue económico del país. De hecho si bien la economía indonesia estuvo en caída libre entre 1997 y 1999, ya en el año 2000 consiguió comenzar a crecer a una tasa del 4.9% y desde entonces ha aumentado hasta cotas del 6.5% y 6.2% en 2011 y 2012 respectivamente. Para este año y el siguiente la cifra alcanza el 5.8% y 6%.

Es decir, no se ha aprovechado el crecimiento económico para convertir a Indonesia en una potencia tecnológica y científica de gama media. Así, la economía indonesia se sustenta sobre sus importantes recursos naturales, una fuerte demanda doméstica y una privilegiada posición geoestratégica pero adolece de una política científica que consiga hacer perdurable el actual crecimiento económico y pueda competir a nivel internacional con las grandes potencias económicas y tecnológicas tanto europeas, como asiáticas, americanas o de Oriente Medio. Y es este último aspecto donde Indonesia esconde su gran debilidad económica. No solo para el presente sino sobre todo para el futuro más cercano.