LA BATALLA DE NORMANDIA (LA INVASIÓN DE EUROPA-EL ASALTO A LAS PLAYAS DE FRANCIA) III PARTE
PLAN DE TRANSPORTE
Un primer engaño consistió en utilizar lanchas y señales de radio para disimular el movimiento de un gran convoy en un falso asalto a las playas comprendidas entre Le Havre y Dieppe. El segundo engaño diseñado, para insinuar una amenaza de desembarco anfibio similar al este de Le Havre, se llevo a cabo con dos lanchas de motor frente a la costa de Harfleur. Y el tercero llamado Operación Glimmer, adoptó la forma de un bombardeo aéreo de gran importancia contra las fortificaciones del Pas-de-Calais. Una cuarta maniobra de engaño, la mayor de todas, fue la operación Tasable, tenía dos partes: el lanzamiento de los muñecos paracaidistas cerca de Boulogne, y el lanzamiento sobre el Canal de decenas de miles de tiras metálicas, llamadas Window, para interferir en los radares alemanes. Del lanzamiento de Window, se encargó el escuadrón 617 del coronel Leonard Cheshire. Bajo las nubes de Window, mientras caían las tiras metálicas, se encontraban las cañoneras de motor de la Royal Navy –la Operación Moonshire–, que transportaba equipamiento electrónico especial, capaz de responder a las señales de los radares alemanes, amplificando dichas señales para que parecieran que en realidad se trataba de unos 20 o 30 buques de guerra. El engaño de Pas-de-Calais fue un éxito, la flota fantasma aliada era claramente visible en los radares del ejército alemán, la cual desvió la atención de las defensas costeras del Muro Atlántico y de los aviones de combate de la Luftwaffe, fuera del lugar del desembarco real, que en aquel momento se dirigían hacia las playas de Normandía, a 150 millas de distancia.
Aunque uno de los planes que desestabilizó la reacción de la defensa de reacción alemana, e imposibilito que los alemanes pudieran echar a los americanos de Omaha, fue la Operación Titánico: En las primeras horas del Día-D, dos grupos de paracaidistas, unos 15 en cada grupo, se lanzaron cerca de la ciudad de Isigny, a 15 kilómetros de la playa de Omaha en dirección sureste. En la última operación de engaño realizada por el coronel Bevan de la sección de control de Londres. Este plan pretendía distraer a los alemanes fingiendo un asalto importante de paracaidistas. Uno de los estrategas de la operación y de la ejecución del plan fue el capitán Foot, del SOE ( Jefatura de Operaciones Especiales) Dos grupos más de paracas de 5 hombres cada uno, miembros de la Brigada Especial del Servicio Aéreo (SAS), participaron también en Titánico. Al desembarcar encendieron bengalas para iluminar la zona de desembarco aéreo y reproducieron en gramófonos grabaciones de armas de fuego de bajo calibre, mezcladas con conversaciones de soldados para crear confusión en las líneas de retaguardia del ejército alemán. Con ello el 915 regimiento de la 352º División de infantería alemana, tuvo que ser enviada para “contrarrestar una amenaza aerotransportada” cerca de Isigny, dedicándose a ello toda la mañana del desembarco. La Operación Titánico fue una obra maestra de engaño, ya que en el momento en que los americanos estaban más vulnerables en la playa Omaha, si los defensores alemanes hubieran contado con la ayuda del 915 Regimiento enfrascado en la búsqueda de paracaidistas de goma, quizás las cosas hubieran surgido de otra manera, y las tropas americanas en Omaha hubieran sido empujadas de nuevo hacia el mar, poniendo en una situación difícil y precaria a las tropas en Utah y en el sector anglocanadiense. Si los alemanes rompían la cabeza de playa aliada, podrían cercar en dos bolsas a las tropas aliadas en Normandía. Una la más oriental en Utah, y la más occidental en Gold, Sword y Juno. Otro de los aspectos más importantes de apoyo antes del desembarco, fueron los ataques de la Fuerza Aérea Aliada contra las principales baterías costeras alemanas en la zona del desembarco. “Point du Hoc, Ouisterham, Merville-Franceville o St. Martin-de-Vareville”. Estos ataques fueron llevados por el Comando de Bombarderos de la Royal Air Force, la VIII Fuerza Aérea de los EEUU, que lanzó más de 3.000 toneladas de bombas sobre las defensas costeras y por el Grouppe Guyenne y el Grouppe Tunisie, de la Fuerza Aérea Francesa Libre que atacó los emplazamientos de cañones fortificados alemanes a las afueras del Grand-Camp-Maisy, que apuntaban claramente a la playa de desembarco norteamericana de Utah. Otra de aquellas operaciones fue llevada a cabo por varios escuadrones de bombarderos checoslovacos de la RAF, en el Mar de Irlanda y en el Golfo de Vizcaya, su misión interceptar a más de 40 submarinos alemanes que se dirigían al Canal de la Mancha a interceptar a la flota aliada.
Cuando amaneció en las playas aliadas, tanto en el sector americano (Utah y Omaha), como en el sector anglocanadiense (Gold, Sword y Juno). Llegaron a estas últimas tres batallones de zapadores británicos de la Unidad de Limpieza de Obstáculos de la Marina Real (LCOCU). Su misión la de eliminar los miles de obstáculos minados que había en el agua, para poder abrir el camino a las tropas que desembarcarían en breve. Tres cuartas partes de estos hombres murieron bajo el fuego de las ametralladoras. Alemanas mientras trabajaban. En la playa de Utah y Omaha, este peligroso trabajo fue realizado por los miembros de las Unidades de Demolición de Combate Naval (NCDU). Cada unidad estaba compuesta por seis o siete ingenieros de combate y el mismo número de expertos en demolición de la Marina. A cada unidad se le asigno un sector de 50 metros de la playa, con la misión de limpiar los obstáculos alemanes que pudieron impedir el paso de las siguientes lanchas o dañarlas cuando subiese la marea y quedasen ocultas, con lo cual podrían provocar un desastre de grandes proporciones entre las tropas desembarcadas.
Uno de los preparativos más espectaculares de la invasión fue dotar a cada uno de los aviones aliados de señales de identificación veinticuatro horas antes de la batalla para evitar que los alemanes las copiaras. Se pinto a todos los aparatos con rayas blancas negras, operación realizada en una sola tarde y en la que se emplearon 20.000 brochas y 454.000 litros de pintura para un total de 11.000 aviones.