La minería ha sido uno de los oficios más longevos y duros de la historia de la humanidad. Con más de 40.000 años de antigüedad ha sido un nexo de conexión intergeneracional, siendo en la actualidad una profesión en riesgo de desaparición por los pocos beneficios que tiene dedicarse al sector.

En Latinoamérica, en países como Colombia o Perú, la minería ha sido recientemente un conducto de debate de problemas económicos e incluso sociales. En el país de Santos, se permite a los niños trabajar en las minas para evitar así que acaben dentro de formaciones armadas. Por su parte, en Perú, ha servido para que el PIB de la nación se mantenga firme pese a la crisis económica mundial.

En la actualidad en España, el gobierno prometió reactivar la industria minera en las comarcas que necesitan del sector para su viabilidad financiera. Se plantea invertir hasta 250 millones en infraestructuras para facilitar así la reestructuración de los puestos de trabajo.

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EL FUTURO EN ESPAÑA

En España sin embargo, se produce el problema de la rentabilidad del carbón extraído de las minas de Asturias y León (el 90% de las minas de España). Al gobierno y al sector privado le es más rentable comprarlo en países europeos que financiar su extracción, ya que la productividad que puede dar, es menor que el carbón de otros países.

La falta de soluciones para el problema interno de España, ha llevado a que poco a poco se vaya dejando de lado el carbón nacional, lo que ha llevado a que casi el 88% de los mineros de este país hayan quedado desempleados. Solo hay que recordar las huelgas mineras de 2012 pidiendo una solución a estas condiciones que están ahogando a familias en el norte de España, tras un recorte ese año de un 60% en subvenciones a los trabajadores.